Ganadores Certamen de Poesía 2023
Demos un aplauso virtual a los jóvenes ganadores de la 19na edición del Certamen de Poesía Juvenil. ¡Gracias a todos los participantes que nos cautivaron con sus rimas!
Soy Afroantillano
Afroantillano es el grito que surge del Caribe,
la voz que se alza en la lucha por la igualdad.
Es la música que se siente en la sangre,
el ritmo que se baila con pasión y libertad.
Afroantillano es la historia de la esclavitud,
la lucha por la libertad y la identidad.
Es la mezcla de culturas que forjaron un pueblo,
la raíz que nos une en una sola humanidad.
Afroantillano es la memoria que nos legaron,
la sabiduría que se transmitió de generación en generación.
Es el orgullo que sentimos por nuestras raíces,
la cultura que nos define, la esencia de nuestra nación.
Afroantillano es la unidad que se vive en la diversidad,
la fuerza que nos mueve a luchar por la igualdad.
Es la solidaridad que se da en la adversidad,
el respeto que se cultiva en la fraternidad.
Afroantillano es la esperanza que nos guía,
la luz que nos ilumina en nuestra lucha por la justicia.
Es la pasión que sentimos por nuestra tierra,
el amor que nos une como hermanos en la vida.
Afroantillano es la esencia de nuestra identidad,
la raíz que nos une como una sola comunidad.
Es la fuerza que nos impulsa a seguir adelante,
a luchar por nuestros sueños, a ser libres de verdad.
Espejismo de Nostalgia
Hablamos entre dos libros,
en ese espacio que fabrica el arte.
Madre e hija suspendidas en el puente precario
del papel antiguo y la tinta oscura.
Tal vez fue una sola palabra que lo evocó:
su abstracción, su pensamiento, su recuerdo.
Dice mi nombre y me libera del ensueño,
de la historia de amor que me tenía cautiva.
Soy el espejo idílico de sus reminiscencias,
cristales fragmentados de vitrales coloridos
en una iglesia donde ya ella no eleva cánticos.
Dice que ve vestigios de quimeras etéreas
que fueron una vez sueños corpóreos,
sueños que danzaban y dibujaban
constelaciones de plata en la noche.
Y dice que yo heredé las estrellas,
Y la luna, y el mar, y el sol y la tierra.
En mí florecen los girasoles
y a mi alrededor vuelan las libélulas.
Dice que dirigiré el fluir de los ríos,
que orientaré a los vientos rebeldes,
que navegaré los mares sin barco
y adornaré los cielos de oro.
Pero ella construyó los átomos del universo.
Los dispuso en un mosaico y creó mis estrellas,
mi luna, mi mar, mi sol y mi tierra.
Les cantó a los girasoles del alba al atardecer
y con su melodiosa voz llamó a las libélulas.
De ella brotó el caudal de los ríos,
les prestó su fuerza a los vientos,
les rogó a las corrientes del mar que me llevaran
Y elevó la escalera para el cielo pintar de oro.
La vida la cegó temprano a su encanto,
le amarró una venda que trato sin fruto
de apartar por fin de sus ojos.
Quiero volver a dibujar en su noche clara
los anhelos que las olas el tiempo
han borrado como si fueran palabras de arena.
Quiero que la madera oscura del altar de su iglesia
vuelva a vibrar con la música mística
de los sueños que vuelan como rezos melódicos.
Quiero que viajemos de manos atadas,
que dejemos como estela un jardín de ilusiones
y que no vea en mí un reflejo perdido,
sino el rastro de los ecos que deja a su paso.
Carbón y fibra
Mira aquel macilento, disque mi pelo es malo’
Desgalillo el lamento africano,
mira bien mi prójimo, que mi pelo no es malo,
solo es afro. Y te lo muestro con gran orgullo antillano.
Exótico parloteó el otro bocón,
yo no soy un animal, yo soy una negra,
cómo negro lo tengo el corazón.
Soy igual que tú, nací del mismo racimo.
Ven aquí, siéntate y escucha.
Que mi pelo tiene historia y tiene lucha.
No es solo carbón y fibra.
Aquel que se pone la venda negra en los ojos,
es claro ejemplo de vergüenza.
Mi pelo tiene la sangre de aquel africano,
aquel que cosecho, aquel que tú ancestro esclavizó.
Pobre de aquel negro, espero que esté descansando en
los robados terrenos.
Mi fibra áspera y mala guió y salvó.
Mapas se tatuaban y cosechas se guardaban.
Santo pelo que mucho ayudo.
Por el estoy aquí sin miedo ni temor.
El que no ve, no oye o no escucha,
es el ignorante que no sabe de la lucha.
Por qué lo malo no es mi pelo,
es la ignorancia que nos nubla.